Publicado en el diario Expansión del 4 de febrero de 2004
Hay que eliminar el Impuesto sobre el Patrimonio. En la UE tan sólo 5 países lo tienen. De ellos, España es, con gran diferencia, el que tiene los tipos impositivos más elevados. Pero es que en el mundo tan sólo siete países lo tienen. En esta lista España también ocupa el último lugar con el Impuesto del Patrimonio más abusivo del mundo. ¿Cómo defender un tipo máximo del 2,5% con tipos de interés del 2%? A estos efectos, ¿cómo defender siquiera un 1% de impuesto de patrimonio con tipos del 2%? Los países más desarrollados se sorprenden de la desventaja competitiva que nuestro país sigue manteniendo voluntariamente con tan injusta, irracional y obsoleta situación. España se ha modernizado en muchas cosas. En ésta seguimos tan atrasados como hace 25 años. Cuando se estableció este impuesto en 1978 se hizo con carácter extraordinario y transitorio con un entorno de tipos de interés del 18%. Para hacernos una idea, una mera puesta al día para adecuarlo al entorno euro llevaría al tipo máximo por debajo del 0,3%. Pero es que los motivos que llevaron a la introducción del Impuesto sobre el Patrimonio ya no existen. En Europa, Alemania, Holanda, Austria y Dinamarca lo han abolido en los últimos años. Japón lo abolió hace mucho. En prácticamente todos los casos se hizo por tres razones principales: primero, se consideró injusto, arbitrario y tremendamente desincentivador del ahorro; era prácticamente irrelevante en cuanto a capacidad recaudatoria; y la Hacienda Pública disponía ya de sistemas de control muy eficientes.
Ahora que se está hablando tanto de la competitividad de nuestra economía quizá haya que recordar que una de las claves de la generación de riqueza de un país es el ahorro, es decir, la acumulación de patrimonio. Este anacrónico impuesto, de dudosa constitucionalidad, fomenta la congelación del patrimonio y la inactividad inversora, perjudicando los ingresos de la Hacienda Pública en el largo plazo. Porque no olvidemos que la riqueza de un país sólo es la suma de la riqueza de sus ciudadanos. A finales del 2002, un importante estudio de la Lund University concluyó que “existe una fuerte evidencia de que los Impuestos sobre el Patrimonio reducen el crecimiento económico”, después de estudiar 20 países de la OCDE (entre ellos España) durante un período de 20 años (1980-1999). Es difícil ser más claro.
De lo que nuestros políticos tienen que darse cuenta es que para 650.000 españoles los anuncios de rebaja de IRPF no son relevantes, puesto que seguirán pagando el 60% o más de su renta por culpa del Impuesto del Patrimonio. Quizá por ello, PP, PSOE y CiU han decidido, al parecer, incluir rebajas en los tipos impositivos del Impuesto sobre el Patrimonio por primera vez en la democracia, de tal manera que el tipo máximo sería del 1,25%. En este punto, cabría recordar que los socialistas alemanes están de acuerdo con abolir un Impuesto de Patrimonio del 1%. Hay argumentos sobrados para eliminar el Impuesto sobre el Patrimonio. ¿A qué esperar?
Antonio Barderas Nieto
Director de la Asociación Madrileña de la Empresa Familiar